“Gepeto”, lo llaman cariñosamente sus amigos y quienes le compran mercancía. Es de los pocos que elabora maniquíes a mano con espuma de polietileno. Algunas tiendas de ropa exhiben en sus escaparates obras de “Gepeto” que maravillan a los viandantes por su extremo realismo. Como las de la calle Damstraat, en Ámsterdam, que han permanecido rigurosamente a la moda durante ocho años. Llama la atención, sin embargo, que desde hace algunos días, luzcan prendas tan estrafalarias y vulgares. Pero esto no es lo más desconcertante. Tras un cristal que conserva restos de carteles con la palabra “liquidación” en varios idiomas, dos de sus obras parecen haber cobrado vida.
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