Hoy te empeñas en que debemos permanecer juntos, en que es necesario retomar el diálogo, salir a pasear, respirar la dulce maresía y recordar cómo nos enamoramos. Hoy ha sido el día escogido para besarme, para tomarme de las manos y mirarme a los ojos sonriendo. Un día y una noche para hacer promesas, para imaginarnos ancianos, con la pasión aún latente. Hoy. Cuando no encuentro fuerzas para seguir adelante. Cuando todo ha terminado aunque tú lo ignores. Me preguntas si te sigo queriendo. Maldito segundo. Pero, ¿por qué? ¿Por qué nunca pasamos de semifinales?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario