Estoy totalmente segura que no ha probado algo así antes. A mí me gusta ser flexible con las recetas. Si hay algún ingrediente que no me da al ojo, lo cambio por otro y fin del problema. Después de este guiso, mi Romeo no volverá a ser el mismo. Hoy he querido arriesgarme un poco. Fruto de su particular cortesía, mi Romero siempre me está recordando que mis guisos son monótonos, insípidos e inapetentes. Normalmente, no llega a los postres y si fuera griego, se comprendería mejor su costumbre de estampar los platos donde le place. Pero, sin duda, hoy, mi Romeo se rendirá a mis pies cuando pruebe este manjar que debe estar de muerte. Basta con un poquito de caldo de verduras, dos berenjenas, mantequilla, cuatro chuletitas de cordero lechal, nata, sal y, como no, algún condimento. En mi caso, he decidido sustituir el azafrán por un ingrediente que, como buen chef, no puedo revelar.
1 comentarios:
Hombre, violencia, lo que se dice violencia de género, hablando en un sentido físico, quizás no lo sea, pero puede dar ideas para cambios notables en el tipo de “recetas” que pueden usar aquell@s que no sean partidarios de esgrimir métodos cruentos en la resolución de sus problemas domésticos.
Si a partir de ahora hay un cambio de tendencia en estas cuestiones, ten cuidado Carlos, no vaya a ser que se te acuse de haber sido el instigador de la nueva técnica para desembarazarse del “cónyuge molesto”, lo cual supondría, sin duda, el factor negativo de la noticia, mientras que el positivo sería que tu BLOG podría alcanzar cotas de visita jamás imaginadas.
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