Hace varias horas que murió pero su único amigo se resiste a creerlo. Ahí permanece, con la mirada hueca a las puertas del hospital. No le importa que le hayan prohibido el paso en varias ocasiones. Él lo sigue intentando. Cuando algún enfermero lo guía hasta la salida, no encuentra fuerzas para rebelarse. Su cuerpo quebrado es ahora más frágil que nunca. Le duele hasta aullar.
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2 comentarios:
Me gustó al cuadrado
Muchas gracias D. Miguel. Me alegra que te des una vueltita por este blog que, por cierto, lo tengo algo descuidado. 1 abrazo.
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