"La bala, en la sien"-dijo el forense al apuntador. El contacto con la muerte brutal y despiadada había congelado su corazón desde hacía tiempo. Sin embargo, el joven que sostenía el bloc de notas, hacía esfuerzos para no vomitar. "Vete acostumbrándote amigo. Éste va a ser tu pan de cada día, aunque espero que alguna vez ayunemos" -expresó el forense para acabar con un estallido de risotada. El recién licenciado se armó de valor para mirar nuevamente a la víctima. No era de los que sintiera aversión a la sangre. Solo deseaba que todo continuara igual. De momento, nadie sospechaba de él.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Es un buen guión para un capítulo del CSI de los que me gustan a mí. Yo tampoco sospecharía del joven hasta el final, seguro!
Publicar un comentario